Paloma Alcalde Lopez
25 de mar de 20191 min.
Cuando recibimos en casa, es clave que la mesa no solamente esté bien puesta, sino que el mantel esté impecable.
A continuación te doy unos consejos para que puedas conseguirlo:
Si cuando vas a elegir el mantel para el evento que estés preparando y te encuentras que amarillea, debes dejarlo toda la noche en remojo en una mezcla de dos litros de agua caliente con tres limones cortados en láminas y un poco de sal.
Después límpialo en la lavadora con
un detergente blanqueador.
2. Puede ser que de tenerlo guardado tiempo sin haberlo usado aparezcan restos de
manchas. No laves el mantel con agua caliente si tiene manchas porque
éstas se fijarán más. Debes dejarlo en remojo en agua fría cuando las manchas sean
recientes.
A continuación lava a mano los más delicados y en la lavadora los de diario. Agrega un
poco de amoniaco si las manchas que tiene son de humedad.
3. Cuando todavía esté ligeramente húmedo, aprovecha para plancharlo desde el centro
hacia los bordes (tendrán mejor caída), pues desaparecerán las marcas de las dobleces
de haberlos guardado.
Si tiene bordados, plánchalo del revés colocando un paño mullido que proteja los
relieves y nunca directamente.
4. Es importante que una vez hayas planchado el mantel, lo coloques directamente en la
mesa que se vaya a usar.
5. Para guardarlos, te recomiendo enrrollarlo en un cilindro con papel de seda para que
te ocupe menos y se mantega mejor.
6. Los manteles más antiguos, déjalos en remojo con leche y lávalos después a mano con
un jabón neutro.
Espero haberte podido ayudar algo en este tema.
Gracias por leer mi blog
Paloma